SALMO 14

Cuando la Biblia habla de una persona necia, no se debe entender en el sentido de alguien que es perseverante en lograr algo, tampoco en el sentido de que alguien tiene algún grado de deficiencia mental. Un necio, bíblicamente hablando, significa alguien que está moralmente corrompido. Hacemos esta precisión porque en el estudio bíblico de hoy, vamos a hablar de los necios. Para ello, abramos nuestra Biblia en el salmo 14.

Este salmo, como algunos anteriores, tiene una sobre escritura en la cual leemos lo siguiente:

Al músico principal. Salmo de David.

Nuevamente aquí, tenemos instrucciones para el músico que dirigía la alabanza. La letra de este salmo había sido escrita por David. En cuanto al contenido del salmo, encontramos la proclama del necio, la práctica del necio, la perversión del necio y el peligro del necio. Consideremos el salmo en este orden.

En la primera parte del versículo 1 leemos: "Dice el necio en su corazón: No hay Dios"

Esta es la declaración de fe del necio. Está totalmente convencido de todo corazón que no hay Dios. ¿Cómo llegó a esa conclusión? Pues simplemente razonando, pensando, meditando en su corazón.

Pero allí tenemos un problema porque la palabra de Dios dice en Jeremías 17:9 "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" Cuando el hombre trata de encontrar a Dios en base a su propio razonamiento es muy posible que termine como el necio, creyendo que no hay Dios. Lo que el hombre necesita hacer para no llegar a ser como el necio es encontrar a Dios en lo que Dios ha dado al hombre para que pueda ser hallado, en su palabra, la Biblia. Envanecido en su propio razonamiento, el necio dice: No hay Dios. A pesar de toda la evidencia que está ante los ojos del necio, el necio se niega a reconocer que detrás de lo creado debe haber un Creador y cerrando sus ojos dice: No hay Dios.

Armado de este pensamiento da por sentado que todo lo que existe en el universo es producto de leyes naturales que han estado en acción desde hace millones de millones de años. Cuán absurdo es negar la existencia de un Creador. Si tan solo pudiéramos ver cuán preciso es todo lo que Él ha diseñado. Echemos un vistazo solamente a la tierra, para no tocar lo que está en las distantes estrellas. Fíjese por ejemplo, que la tierra rota sobre su eje a una velocidad lineal de aproximadamente 1600 km. por hora, si la tierra girara sobre su eje a solamente a 160 km. por hora, nuestros días y nuestras noches serían diez veces más largos y nuestro planeta se congelaría durante esas largas noches y se quemaría durante esos largos días, haciendo imposible que exista vegetación. Si el planeta tierra fuera del tamaño de la luna, la fuerza de la gravedad sería tan débil que no podría retener la atmósfera con el aire que es vital para la existencia de la vida, pero si el planeta tierra fuera tan grande como Júpiter o Saturno, la fuerza de la gravedad sería tan elevada que haría imposible cualquier movimiento sobre su superficie. Piense en esto, si la tierra estuviera tan cerca del sol como está el planeta Venus, el calor del sol sería insoportable y haría imposible la vida en este planeta. En cambio si la tierra estuviera tan lejos del sol como está el planeta Marte, la tierra estaría cubierta de nieve y hielo aún en las regiones más cálidas. Si la superficie de los océanos fuera la mitad de lo que es, la cantidad anual de lluvia sobre la tierra sería solo una cuarta parte de lo que es ahora y sería imposible que haya vegetación abundante. Pero si la superficie de los océanos fuera solamente un octavo más de lo que es, la cantidad de lluvia anual sería ocho veces más de lo que es ahora, y haría que toda la tierra se transforme en un desolado pantano. ¿Quién hizo que la tierra tenga la dimensión exacta, la velocidad de rotación exacta, la inclinación de su eje exacto, la cercanía al sol exacta, la superficie de los océanos exacta, etc., etc.,? No puede ser obra del azar, tiene que ser obra de Dios, el Creador y Sustentador del universo. Con razón que la Biblia califica de necio al que desconoce esta verdad y dice en su corazón: No hay Dios. Esta es la proclama del necio.

Ahora veamos la práctica del necio. Aquí tenemos un principio inviolable en la Biblia. Lo que uno cree, inevitablemente determinará lo que uno hace. Por eso es importante no solamente creer que Dios existe, sino creer en una sana doctrina, porque una mala doctrina, inevitablemente llevará a una mala práctica. Este es el problema con las sectas falsas. Claro, como tienen mala doctrina, eso les conduce a una mala práctica. Una secta falsa determinada cree que la mujer se salva por medio de procrear la mayor cantidad de hijos. ¿Y sabe a qué condujo esta mala doctrina? Pues a que los miembros de esa secta falsa tengan la mayor cantidad posible de esposas. ¿Ve Ud. el asunto? No es extraño entonces que esperemos una mala práctica por parte del necio que estamos estudiando en el salmo 14.

Leamos la segunda parte del versículo 1, dice así: "Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien"

Allí lo tiene, amigo oyente. Como el necio niega la existencia de Dios, lo cual es una mala doctrina, atrás del necio inevitablemente viene una mala práctica. David vio que todos los necios se había corrompido, esto significa que eran moralmente depravados. En su depravación hacían obras abominables. Ninguno de los necios estaba dispuesto a hacer el bien. Esta descripción de la práctica de los necios, inevitablemente me lleva a pensar en mucho de lo que hoy vemos en nuestra sociedad. Conozco a personas que no ven nada de malo en el homosexualismo, o en el lesbianismo, o en la drogadicción, o en la borrachera o en el sexo prematrimonial o en la infidelidad conyugal, o en la estafa, etc., etc. Cuando uno habla con ellos en cuanto a que estas cosas ofenden a Dios. La respuesta de ellos es: ¡Y a mí que me importa! Yo no tengo nada que ver con Dios, porque no creo que exista. A veces inclusive pienso que la decisión de desconocer la existencia de Dios es en realidad la excusa para dar rienda suelta a las bajas pasiones. Esta es la práctica del necio.

Salmo 14: 2-4 dice: "Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, y a Jehová no invocan."

Interesante que Dios está atento desde el cielo a todo lo que los hombres piensan y hacen. Es absurdo pensar que el hombre puede esconderse de Dios. El esposo que traiciona a su esposa a espaldas de ella piensa que su pecado jamás será conocido. Pero Jehová lo miró desde los cielos y algún día saldrá a la luz. El funcionario público que recibe un soborno, piensa que su pecado jamás será conocido. Pero Jehová lo miró desde los cielos y algún día saldrá a la luz. La joven que cayó en fornicación con su enamorado, piensa que su pecado jamás será conocido, pero Jehová lo miró desde lo alto y algún día saldrá todo a la luz. Es cosa seria, amigo oyente, pretender esconderse de Dios. El necio cree que puede hacerlo, pero Jehová miró desde los cielos y vio que entre los hombres no había ninguno lo suficientemente sabio como para buscar a Dios. Lejos de ello, todos los hombres se desviaron por su propio camino. Todos los hombres están inmersos en el fango del pecado. No existe ni uno solo quien haga lo bueno. Este es un cuadro dramático del estado espiritual de la humanidad sin Dios. Quizá el necio es el prototipo de esta sociedad, pero el resto de la humanidad no está muy lejos de lo que es el necio. Lamentablemente todos estuvimos en esta situación antes de que Dios nos rescató por medio de la salvación en Cristo. Pero Dios tuvo compasión y amor y gracia y misericordia y nos buscó para tener una relación personal con nosotros. Algunos oímos su voz llamándonos y vinimos a él y por medio de Cristo, dejamos atrás el fango del pecado y fuimos hechos hijos de Dios. Así es, el hombre no busca a Dios, en su estado natural, pero Dios busca al hombre y algunos lo hemos encontrado. El apóstol Pablo utilizó este pasaje en su carta a los Romanos para mostrar que todo hombre es pecador, no sólo el necio, y que por tanto, todo hombre necesita de la salvación en Cristo.

Salmo 14: 5-7 dice: " Ellos temblaron de espanto; porque Dios está con la generación de los justos. Del consejo del pobre se han burlado, pero Jehová es su esperanza. ¡Oh, que de Sion saliera la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel"

Los necios desprecian al pobre y se burlan del justo. Lo que no saben es que Jehová es la esperanza de los pobres y de los justos. Jehová está del lado del pobre y del lado del justo. Por esto, en lugar de jactarse en su necedad, los necios deberían estar temblando de miedo, porque Jehová está presto para castigarlos. David termina su salmo con frase de adoración a Jehová, confiando que algún día, Jehová administrará justicia perfecta desde Sion o Jerusalén. Esto se cumplirá durante el reino milenial de Cristo.

Termino con esta pregunta amigo oyente. ¿Es Ud. un necio? ¿Quiere saberlo? Solamente fíjese en el lugar que ocupa Dios en su vida. Si Ud. piensa que no hay Dios y vive como si Dios no hubiera, entonces Ud. es un necio. Pero todavía hay esperanza para Ud. Si desea dejar de ser necio, lo único que necesita hacer es reconocer que Ud. es pecador, reconocer que está separado de Dios por el pecado, reconocer que Cristo murió por Ud. para pagar lo que Ud. debe a Dios por ser pecador, y finalmente Ud. necesita recibir a Cristo como Salvador. Esta decisión será el fin de su existencia como necio.